Tuesday, December 23, 2008

Peleas

Jamás le había puesto la mano encima, ni siquiera lo había pensado ni un minuto cuando iba corriendo de un lado a otro del pasillo pegando gritos como una histérica. Se mantenía callado, frente al ordenador, esperando a que la marabunta pasase y volviera todo a la calma. A veces cogia a la perra y se iba al parque. Y allí la dejaba sola, gritándole a sus penas. Después venían los llantos y los arrepentimientos.
“Si era una tontería” , repetía una y otra vez.

Esta vez era distinto. Estaba fuera de si. Iba tirando todo a su paso, libros, figuras, cds, todo ...mientras repetía una y otra vez ¡¡cabron , cabron ¡!
Como tantas veces el no dijo nada.
-¿Que? ¿ no dices nada?
Ahí estaba de pie frente a él, esperando su respuesta.
- Diga lo que diga va a estar mal –contesto – ¡déjalo ya anda, tranquilízate!
- ¡Que lo deje! ,¡que lo deje!
Ella alzo su mano . El instintivamente paro el golpe empujándola.
Todo sucedió a cámara lenta. Tropezó con la perra que estaba en el suelo ajena a lo que pasaba, su brazo dio en la tabla de planchar haciendo que la plancha cayera como si de un tobogán se tratase. Un charco de sangre se formaba en el suelo.

Esta vez la tontería fue… los regalos de Navidad.

2 comments:

Tesa said...

Buena historia. Lo triste es que la realidad supera siempre a la ficción: Yo conozco a la protagonista de tu cuento.

Bss

Anonymous said...

Uuuuh aunque sea ficción lo lamentable es la cantidad de historias reales que se parecen a esta.

Sweep te dejo un abrazo grandote y mis mejores desos para este 2009!!!

besos