Thursday, August 21, 2008

El bosque

El suave baile de las hojas de la retama
me cuentan,
pequeños relatos de conejos y ratones.

El balanceo de las hojas de los olmos
me dicen,
cotilleos de milanos y azulones.

Las grandes copas de los álamos
me gritan:
“Date la vuelta, retrocede, no sigas adelante”

Yo sigo avanzando con paso firme y seguro.
A veces me paro a observar el paisaje
y por el rabillo del ojo echo un vistazo atrás
y contemplo... y escucho,
los pequeños relatos, los cotilleos... y los gritos.

Al final del camino me topo con un gran chopo.
Me paro y contemplo, con los ojos bien abiertos, su grandeza.
Con movimientos suaves me dispongo a sentarme a descansar.
Las copas de los arboles me gritan desesperadamente:
“No, no hagas eso. Vete, retrocede”

Siempre me ha gustado llevar la contraria,
y aunque es verdad que estos grandes árboles
me asustan y me intimidan,
segura de mí, me siento…
y descanso.